viernes, 27 de febrero de 2009

Hazte la fama y...

"Por lo general, los abogados no somos muy bien recibidos, no somos muy bien vistos; temen que cobremos honorarios exorbitantes y entonces, lamentablemente, rehuyen al asesoramiento jurídico". De forma casi textual, estas palabras que dijo Guillermo Borda, fueron repetidas por la mayoría de los abogados consultados. Que buscan el litigio, que son un mal necesario, que son sinónimo de problemas... etcétera. A diferencia de las grandes empresas, donde no sólo el costo sino el concepto del abogado está incorporado a la misma existencia del negocio, en las pymes los letrados tienen que convencer a sus asesorados de lo convenientes que son. "Si uno les muestra los números de cuánto cuesta arreglar el problema y cuánto habría salido el prevenir todos esos flancos, seguramente la relación costo-beneficio les habría convenido más, pero eso lo ven tarde", se quejó lorfida. Por eso coinciden en que hay una barrera cultural que vencer para que puedan considerar al abogado como una inversión y no un costo. A pesar de esta situación, la tendencia es ir hacia una política preventiva y tener los papeles en regla, en especial, en los dos extremos del segmento etario empresarial. Los jóvenes, porque tienen más conciencia de que estando en blanco se entra en la cadena de valor de los contratistas y los bancos y se obtienen más beneficios; y los mayores porque quieren dejar todo ordenado para el momento de la transición. "Buscar asesoramiento legal desde los inicios es clave y así lo están percibiendo los emprendedores y muchos empresarios pymes", dijo Torres Carbonell. "Esta visión implica mirar al abogado como socio del proyecto, y buscar su consejo para la mejor gestión del emprendimiento y no sólo para apagar incendios", agregó.

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